Cada niño merece una educación significativa y el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial. Lamentablemente, muchas familias se ven obligadas a navegar por sistemas complicados para hacer valer esos derechos. Yo acompaño a padres y tutores para asegurar que los estudiantes con discapacidades reciban los servicios, adaptaciones y oportunidades a los que tienen derecho bajo la ley.
Mi trabajo incluye representar a las familias en demandas de debido proceso en materia de educación especial, abogando por evaluaciones adecuadas, programas de educación individualizados (IEPs) y servicios esenciales cuando las escuelas no cumplen con sus obligaciones legales. Con un profundo compromiso con la justicia y la equidad, lucho por generar cambios duraderos que empoderen a los estudiantes y les abran las puertas a un futuro lleno de posibilidades.
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